Tesoros
Estoy convencida de que cada uno de nosotros guarda preciosos tesoros. Tesoros que, a veces ni siquiera sabemos que están dentro. Y aparecen en momentos oportunos como obra de una mano mágica que no es otra que la de la vida.
No siempre uno ve los propios, no siempre uno ve los de los otros. Pero se sienten en la sonrisa que te entregan y que entregas, en la caricia que te roza y con la que rozas, en el aliento que te dan y que tu das...
Cada día tiene dosis de riqueza que sólo ignoramos si ambicionamos en exceso ser ricos de cosas materiales. Cualquiera de las miradas que me regala el día desde que abro los ojos puede llegar a deslumbrarme tanto como el más grande de los diamantes.
Cualquiera de las sonrisas que se escapan de las anécdotas en el patio o en clase, tienen tanto valor para continuar la jornada, como la paga que recibiré en mi nómina al finalizar el mes.
Cualquiera de los afectos que vienen a mi encuentro en el beso que contemplo, en la ayuda desinteresada de padres, madres,familias de mis niños y de otros niños del cole, maestras y maestros compañeras de camino, provoca en mi el mismo efecto que poseer el más valioso talismán.
Y después están las perlas….Esas perlas que caen como cuentas de un collar sobre tu pecho y que te hacen respirar henchida de orgullo como sintiendo que tienes la vida adornada con las cosas más bellas del mundo:
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